viernes, 20 de junio de 2014

Revisión Topográfica de Chivos Muertos



Introducción 

Durante el año 1985, la Sociedad de Actividades Espeleológicas de Cantabria, comienza las exploraciones en el área del valle alto del río Miera, en la ladera correspondiente al pueblo de Valdicio, municipio de Soba. Conocedores de las posibilidades de la zona a explorar, tanto por lo que se refiere a su proximidad a una zona de grandes redes, como por el importante desarrollo de las formas kársticas superficiales: una muy extensa serie de campos de lapiaz, situados en las cumbres que dominan el valle de Valdicio y separan este del valle del Miera, que han comenzado a ser prospectados durante la primavera y el verano, al tiempo que se desarrollaba la actividad objeto de este avance.

La cueva de Chivos Muertos, conocida a partir de la publicación de la misma en Cuadernos de Espeleología nº 3
(Santander, 1968) de un artículo sobre esta cavidad y adyacentes, ha sido nuestro objetivo primario dentro de este área de exploración espeleológica, al habernos planteado su reexploración y un nuevo levantamiento topográfico, al haber sido objeto de una topografía y exploración parciales, en las ya lejanas fechas de 1965, por miembros del G.E.S. del C.M.B. de Barcelona, firmantes del artículo antes mencionado. Planificado el trabajo en la cavidad, este se desarrolló como estaba previsto, realizándose una serie de entradas de exploración, en el curso de las cuales aparecieron nuevas galerias, cuyo desarrollo suma aproximadamente mil metros más a los 710 ya conocidos en el plano del año 1965. 

Geología El sector donde se ubica la cueva de Chivos Muertos, muestra el final de la serie Wealdense, representada en la zona por areniscas y esquistos arcillosos, sobre los que se asienta el pueblo de San Roque de Riomiera. Por encima de estos bancos, aparece la facies de tránsito hacia las calizas aptenses, en las que se intercalan bancos calizo de bas tarrte potencia, con debiles formaciones de carácter areniscoso. Es en una de estas bancadas calizas donde se desarrolla la cavidad, presentan do un sistema de fracturación de gran complejidad, pero que, mayorita-riamente, sigue el rumbo NW-SO. 

Descripción de la cavidad Se localiza en la ladera oeste del valle del río Miera. juntamente con otras bocas que tienen como centro a esta, a la altura del kilómetro 18,200 de la carretera de Liérganes al portillo de Lunada, en la ladera opuesta, a unos 25-30 m. sobre el cauce del Miera. Para su descripción vamos a dividirla en dos grandes sectores; 1º.el conocido como Ramal Norte, que agrupa a una gran galería y sus con fluentes con un reccrrido aproximado de unos 300 m.

2º.- la zona Sur, donde la cavidad adquiere sus máximos desarrollos, tanto por la amplitud de sus galerias, como por su longitud, unos 1.400 m. La cueva presenta una galería de entrada de reducidas dimensiones (1 por 2 m.), a lo largo de unos 40 m., en los que se adentra en el bloque calizo. A partir del cruce de la galería de entrada con la que forma el "Ramal Norte", la cueva aumenta sus dimensiones notablemente dando origen a galerias de 10 por 15 m. en su mayor parte. Esta galería del Ramal Norte se encuentra cortada por pequeños cursos de agua en sentido transversal, que se pierden por conductos, en su mayoría impenetrables; estos pequeños regatos han cortado los materiales que cubren el suelo de esta galería, dando lugar a pequeños cañones en los sedimentos, que, en algún caso, alcanzan un metro y medio de profundidad; es de resaltar, además, que el caudal de estos regatos está en relación directa con la intensidad de las precipitaciones sobre la zona. La Zona Sur es donde se acumula el mayor desarrollo lineal de la cueva. Aparece en primer lugar una galería que forma un gran meándro. A partir de este lugar la cavidad se complica grandemente, ya que en algunos lugares llegan a superponerse hasta cuatro galerias de diferentes tamaños; las principales son:

1.- Galería de la gatera, pequeña galería que sigue el rumbo general de la cueva, unos 45-50º Este-Sudoeste, que conecta con las galerías principales a su término, a través de una gatera por la que se alcanza el último sector de la cueva, una zona de marcado carácter elástico, desde la que se accede a la entrada inferior a través de un pequeño caos de bloques. Esta boca marca el final de la cueva por su extremo sur.

2.- Las galerias paralelas son un grupo de galerias de regulares dimensiones, donde aparecen tanto suelos cubiertos de guijarros, como los fenómenos de reconstrucci6n de origen lito-químico, aparte de algunas formaciones muy escasas. Todas estas galerias confluyen al final de la cavidad en un caos de bloques sumamente inestable, que permite pasar a la entrada inferior. estrecha fisura de unos 2 m. de ancha por 0'30 cms. de altura, que hubo que desobstruir de los numerosos guijarros que la colmataban.

Referencia
Boletín Cántabro de Espeleología 6
Federación Cántabra de Espeleología
Santander 1985